Por David Budó de Jóvenes por Fiare

Hace pocos días Antonio Turiel, doctor en Física Teórica e investigador del CSIC, realizó una conferencia en Vilafranca del Penedés, dentro del ciclo ‘Crisis esosistémicas y alternativas anticapitalistas’ organizado por la Escuela de Invierno La Gueralda. En esta conferencia de más de una hora de duración, asistimos Jóvenes x Fiare con ilusión y sabiendo lo que nos esperaba; un baño de realidad planetaria.

Aportó muchos datos relevantes sobre el océano, los recursos del planeta, el consumo energético, etc. La mayoría de ellos muy preocupantes, puesto que nos afectaban directamente mediante el clima, la disponibilidad de agua, nuestra salud… Más allá de los conocidos 1,5 grados que ha subido la temperatura media, hizo algunas afirmaciones impactantes: “Es imposible electrificar los automóviles de todo el mundo con los minerales de los que disponemos.” “Las mayores empresas del mundo de energías renovables (eólica y fotovoltaica) están pasando por una situación económica muy negativa. No les sale rentable.”

“Las políticas se centran demasiado en el cambio climático y en la descarbonización, cuando este no es el mayor de nuestros problemas.” Derivada de esta última afirmación, explicó los reconocidos 9 límites planetarios, según los cuales, con tan solo superar uno de ellos, ya pondríamos en riesgo la existencia humana en el planeta Tierra. ¿Sabéis cuantos hemos superado ya? 4 de 9… Además, 2 de ellos no se han podido calcular aún por falta de datos y metodología consensuada dentro de la comunidad científica, así que…Mientras iba avanzando en la ponencia, destacaba hechos recientes y otros de hace más de 10, 15, 20 años, y creo que en la sala sobrevolaba una pregunta: ¿Cómo puede ser que llevemos tanto tiempo conociendo la situación nefasta en la que vivimos y no hayamos hecho nada?

Sin duda, una de las conclusiones de la conferencia fue que el sistema económico actual, el capitalista, en su búsqueda del crecimiento constante e infinito, nos ha conducido no solamente a esta situación límite, sino también a una inercia muy difícil de revertir.

También es cierta una cosa, aunque el sistema es el que es, aunque el diagnóstico sea como el que nos muestra Turiel, no hay razón para que las personas que son conscientes de su impacto medioambiental y social, sigan siendo coherentes, respetuosas, amables, cooperativas y ejemplares. El mundo no va a detenerse, ni nosotras a desaparecer.

Cambiará nuestra forma de vivir y habrá que adaptarse. El reto y el anhelo sigue siendo el mismo: construir un mundo mejor basado en los valores de la Economía Social y Solidaria que tantas veces hemos nombrado. Nuestra determinación no debe verse afectada por un diagnóstico negativo, pues son nuestras razones y argumentos las que precisamente toman más fuerza que nunca , y las finanzas éticas son parte del camino.

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