Ayer tuvo lugar en Roma la celebración del primer reconocimiento legislativo de las finanzas éticas en el Parlamento italiano. La ley, que se aprobó el año pasado, establecía los criterios que tiene que cumplir cualquier institución bancaria que quiera trabajar en el ámbito de las finanzas éticas, y reconocía algunos beneficios fiscales para estas organizaciones.
En el marco de esta celebración en el Parlamento, la Fondazione Finanza Etica presentó la primera investigación sobre las finanzas éticas y sostenibles en Europa.
En el siguiente link se puede descargar el informe completo en italiano. Estará traducido al castellano a principios de 2018.
A continuación avanzamos la introducción del estudio.
Primera investigación en Europa sobre las finanzas éticas
Este primer informe sobre las finanzas éticas y sostenibles en Europa busca dar finalmente cifras para conseguir al menos dos objetivos: en primer lugar, demostrar a las personas que ya invierten de forma sostenible que el reducto en el que pensaban estar encerradas está, sin embargo, más abierto que nunca y sigue creciendo y ocupando espacios nuevos. Y en segundo lugar, explicar a quien no ha oído hablar nunca de las finanzas éticas que son muy diferentes de la banca tradicional y que, sin embargo, permiten conservar o aumentar el valor económico de los ahorros propios con el tiempo, así como añadir a la última línea del extracto bancario una serie de valores diferentes, como el respeto al medio ambiente, la lucha contra el cambio climático, el derecho a la vivienda o a una alimentación sana.
El conjunto de las actividades de las finanzas éticas y sostenibles de Europa descritas en el informe equivale a 715.000 millones de euros: casi el 5% del Producto Interior Bruto de la Unión Europea. Y cuidado, al sumar los datos los hemos pasado por un filtro estricto para no incluir productos financieros o crediticios de los que se definen como «éticos» pero que son hijos del marketing, porque la ética también puede ser un argumento para vender más.
De los 715.000 millones mencionados, 39.800 millones representan los activos de aproximadamente treinta bancos éticos y sostenibles europeos, que a finales de 2016 habían concedido créditos por un total de 29.330 millones de euros a decenas de miles de proyectos de inclusión social, defensa del medio ambiente, cultura o cooperación internacional. De estos bancos se habla en la primera parte, en la que también se presenta una inédita comparativa entre su rentabilidad y la de los grandes bancos comerciales europeos.
Las finanzas éticas también tienen beneficios
El resultado, como verán, es un éxito en toda regla para los bancos éticos. ¿También en beneficios? Sí, también en beneficios. Una vez finalizado el periodo de vacas gordas que precedió a la crisis del 2007-2008, desaparecieron también los famosos crecimientos «de dos cifras» para los colosos bancarios franceses, italianos, británicos y alemanes.
Ahora siguen creciendo pero mucho menos que antes y sin grandes diferencias respecto a los bancos éticos, que se confirman como más sólidos y resilientes: en los últimos diez años, sus rendimientos han sido constantes. De la crisis, los bancos éticos ni se dieron cuenta.
En cambio, invirtieron 493.000 millones en fondos socialmente responsables, por lo tanto, en acciones y obligaciones de empresas que cotizan en bolsa o en títulos del Estado, naturalmente todos seleccionados en base a una serie de criterios de sostenibilidad: nada de armas, juegos de azar o tabaco y luz verde a las sociedades y Estados que «mejor se portaban en clase», aquellos que invierten en energías renovables, que adoptan sistemas certificados de gestión ambiental y que no están implicados en ningún tipo de controversia grave.
Los microcréditos
Y después está el microcrédito, que hizo famoso el «banquero de los pobres», el bengalí Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz de 2006, pero que ha demostrado ser válido también para las necesidades de 750.000 europeos/as: préstamos de pocos miles de euros que han probado ser suficiente para ayudar a poner en marcha actividades empresariales de éxito o para hacer frente a una necesidad temporal de liquidez.
Con este dinero, hay quienes han abierto una empresa textil que une Italia y África, quien ha lanzado una empresa de nueva creación que se ha hecho millonaria y quien, más modestamente, ha pagado los gastos médicos de asistencia a un familiar. Hombres y mujeres que no hubieran obtenido nunca financiación de un banco tradicional porque se los/las considera «no financiables»: personas desempleadas, con un empleo precario o poco remunerado, o simplemente jóvenes con ideas innovadoras pero sin capital para llevarlas a cabo.
En Europa, el total de microcréditos concedidos suma los 2.540 millones de euros. Una cifra pequeña respecto a los créditos de los bancos éticos y las inversiones de los fondos socialmente responsables pero que representa la suma de cientos de miles de préstamos pequeños que han marcado la diferencia.
Y finalmente, hemos querido avanzar hacia las nuevas fronteras de las finanzas éticas y sostenibles, entre muchas luces y algunas sombras que no hemos olvidado subrayar en la cuarta parte de esta investigación. Las obligaciones verdes (bonos verdes), a través de las cuales las empresas y las administraciones se endeudan en el mercado para financiar proyectos ambientales, se dispararon en el bienio 2013-2014 y continúan creciendo ahora: en Europa, según el último dato agregado difundido el año pasado, el valor de los títulos verdes en circulación es de 211.000 millones de dólares, 178.000 millones de euros al cambio actual. Secundarios pero en fuerte expansión, los bonos de impacto social están financiado a su vez proyectos de bienestar por un total de 273 millones de euros.
Como en cualquier opera prima, este informe tiene amplios márgenes de mejora y no tiene la intención de sentar cátedra. Cualquier propuesta suya, queridos lectores y lectoras, será por lo tanto valiosísima. Porque las finanzas éticas y sostenibles consiguen mantenerse vivas y crecer solamente gracias a la pasión y al entusiasmo de quienes la practican día a día y no tienen miedo de presentar propuestas para mejorarlas.
Extracto de la introducción a la investigación realizada por :Matteo Cavallito, Emanuele Isonio, Mauro Meggiolaro.
Imagen: Freepik
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