Dinos algo sobre ti que consideres importante de cara a su candidatura
Mi experiencia y mi pasión proceden de los bosques: estudiando, me di cuenta de lo mucho que necesitamos conocerlos mejor, ser capaces de ver cuándo nuestro bienestar depende de ellos, cuánto mejor puede ser nuestra relación con este ecosistema que cubre un tercio de la masa terrestre. Pero estudiar los bosques y su gestión sostenible ha supuesto tener que convertirme en un experto en clima, porque los árboles son, por un lado, nuestro mejor aliado contra la crisis climática y, por otro, los primeros en caer bajo sus impactos, ahora también en nuestro país. Y por último, una vez que has vislumbrado los vínculos invisibles entre la humanidad y los bosques, no puedes evitar querer contarlo. A todos nos apasionan las historias: una de mis mayores satisfacciones es contar historias sobre los bosques a quienes piensan que son un elemento lejano de la vida cotidiana, hacerles descubrir en cambio la belleza de estar todos y cada uno implicados en la red de estos ecosistemas. Esta belleza, y percibir la posibilidad concreta de construir un futuro mejor, son los únicos motores posibles de una acción climática verdadera y eficaz, individual y colectivamente.
¿Qué te motiva para ser candidato al Comité Ético de Banca Ética?
El sector financiero y bancario debe asumir un papel de liderazgo al servicio de una transición ecológica rápida, inclusiva y justa. La economía que necesita la humanidad debe ser capaz de remunerar a quienes conservan y mejoran el capital natural, valorar los servicios intangibles de los ecosistemas, desincentivar el uso de energías y materiales que alteran el clima y apoyar la gestión participativa de los bienes comunes. Un cambio tan profundo requiere la implicación del capital privado junto al público, respetando la necesidad de una rentabilidad para el inversor que no entre en conflicto con la generación de valor ambiental y social en beneficio de la comunidad. En este sentido, creo que Banca Etica puede ser un precursor y un modelo a imitar en la promoción y el control de la ética y la sostenibilidad en la gestión de los recursos financieros y en la contribución a la creación de un sistema financiero más sostenible y justo. Poder prestar mis competencias y mi creatividad hacia estos objetivos es para mí una gran oportunidad de incidir profundamente en los mecanismos para construir el mundo que, junto con tantos otros seres humanos, me gustaría ver nacer el día de mañana.
En un momento de grandes retos externos de carácter social, cultural, medioambiental, desde su experiencia, ¿qué contribución crees que puede hacer, y cree que puede hacer el Comité de Ética, para acompañar la evolución de un banco que nació para poner el dinero al servicio de las personas y del planeta?
Todo es climático. El Comité de Ética desempeña un papel crucial en la definición y aplicación de políticas y prácticas éticas y sostenibles, tanto dentro de Banca Etica como en relación con todas las actividades externas que el Banco se propone promover (inversiones, asociaciones, educación cultural y social) . Mi experiencia científica en el campo del medio ambiente puede contribuir a este objetivo, identificando, junto con los demás miembros del comité, los primeros signos de la transición, las innovaciones más prometedoras que hay que apoyar y los lugares donde pueden sostenerse fuerzas e ideas, especialmente las más ocultas o ignoradas por la economía dominante. La transición también esconde algunos escollos que creo que puedo ayudar a evitar: el aumento de las desigualdades, con el control del clima por parte de unos pocos o de las clases sociales más acomodadas; el pensamiento "mágico" que corre el riesgo de invertir recursos y esperanzas poco realistas en una única solución aparentemente fácil y atractiva (energía nuclear, plantación de nuevos árboles, geoingeniería); la incapacidad de conciliar las dimensiones del trabajo, la salud y el medio ambiente, que son inseparables y no deberían exigir apoyar a unas a expensas de las otras.
