GIT Andalucía Occidental
Grupo de Iniciativa Territorial de socias y socios de las provincias de Cádiz, Córdoba, Huelva y Sevilla
Una economía para la transformación social.
“Ninguna actividad económica es neutral… y su impacto afecta, entre otras cosas, a cuestiones medioambientales, a la distribución justa de los recursos básicos, a la búsqueda de comunidades sostenibles y con futuro, por lo que debe ser realizada desde la justicia, la equidad y el consenso participativo.”
Acuerdo del Pleno del Ayuntamiento de Sevilla de 19 de noviembre de 2010 de apoyo a las finanzas éticas http://www.sevilla.org/ayuntamiento/pleno-municipal/historial-de-plenos/pleno-11-2010 (págs 163-165).
El pasado lunes 14 de marzo se celebró una jornada de trabajo convocada por la Directora General de Empleo y Apoyo a la Economía e Innovación Social del Ayuntamiento de Sevilla, Mari Paz Lagares Gaitán, para el estudio y valoración del borrador del decreto de cláusulas sociales, que establece las directrices sobre contratación pública responsable en el Ayuntamiento de Sevilla.
En esta jornada de trabajo estuvieron presentes distintos representantes de la sociedad civil organizada que trabajan en lo que podríamos llamar emprendimientos de transformación: el Campo de Energía de la Economía del Bien Común de Sevilla, la Asociación de Empresas de Inserción ANDEIS, el Grupo Municipal de Participa Sevilla, quienes habían propiciado la reunión, así como los autores del presente post, representando a la asociación FIARE Sur de Fiare Banca Ética y REAS Andalucía (Red de Economía Alternativa y Solidaria). Allí pudieron explicar a la representante del Área de Bienestar Social y Empleo del consistorio las propuestas que desde los últimos meses del año 2015 han aportado al borrador de la contratación pública socialmente responsable en el Ayuntamiento de Sevilla.
Una parte importante de las cuestiones trabajadas en la reunión se refiere a la necesidad de que los mecanismos de implementación del decreto de cláusulas sociales y compra pública responsable del ayuntamiento se acompañen de dotación presupuestaria suficiente y de medidas que pretendan un cambio “sistémico” en el proceso de compra pública responsable hacia los conceptos de economía solidaria y de emprendimiento de transformación.
Esto supone asumir un compromiso de trabajo, entre instituciones y sociedad civil, por la implementación de procesos de compra pública que buscan superar el paradigma que, como la peste medieval, ha recorrido e invadido nuestras administraciones públicas en las últimas décadas: vamos a imitar a la empresa y comprar lo más barato posible.
Más allá de la falacia inmediata de este planteamiento (la empresa no compra lo más barato posible, sino que introduce una variada suma de factores en las decisiones de compra), dicho paradigma se olvidó de que la ciudadanía no quiere sólo que no se gaste más de lo necesario con sus impuestos, sino que exige específicamente que se resuelvan los problemas de la comunidad de la manera más eficiente y justa posible.
La lucha contra falacias que el saber popular (o el sentido común) hace tiempo que reconoce como evidentes es uno de los pilares de la economía social y solidaria y de otros emprendimientos de transformación. Basta con mirar con los ojos de dichos saberes, obviando la machacona campaña de marketing que nos rodea, para saber que siempre han existido otras intenciones a la hora de emprender y que muchos de nosotros y de nosotras no queremos dedicar nuestras vidas a ver cómo las injusticias y la desigualdad destrozan nuestro entorno y a nuestras comunidades.
Nuestro compromiso es trabajar por una economía cívica y solidaria entendida como la realización de un proceso de democracia económica que pueda incidir (con iniciativas socio-económicas de ciudadanos y ciudadanas, organizaciones no gobernativas, asociaciones, empresas con orientación ética…) en la transformación social local y global en una dirección determinada, la de la primacía del trabajo sobre las rentas de capital y la no-violencia en las relaciones sociales del ámbito económico y financiero.
Esa voluntad de transformar nuestras sociedades no ha sido nunca monopolio exclusivo de la acción de las administraciones públicas. La economía social y solidaria en general y elementos de la misma, como las finanzas éticas, han mostrado sobradamente su capacidad transformadora en tiempos de crisis y de bonanza.
Por este motivo, y porque el asalto para limitar los instrumentos a disposición de las administraciones municipales ha sido brutal, se hace necesario un esfuerzo de concertación para recuperar algunas de esas armas de lucha contra la pobreza, la exclusión y el desempleo. El ayuntamiento debe recuperar más herramientas, y la compra pública es una muy importante. De ahí que nos felicitemos de que nuestro ayuntamiento empiece a recuperar un mayor porcentaje de su gasto para resolver problemas sociales complejos.
El camino emprendido hasta ahora, de trabajo con el personal técnico para elaborar un borrador y apertura del mismo a aportaciones de colectivos de la sociedad civil auto-organizada, nos reconforta, es un paso importante… pero queda un camino largo y por ese motivo desde REAS y FIARE hemos hecho hincapié en que lo que queda por venir no será fácil y que si bien el instrumento normativo es relevante, la ejecución de dicho instrumento lo es más, y más difícil porque los obstáculos y las luchas para dejarlo en papel mojado serán muchos.
Lo más obvio es que aquellos campos que esta normativa deja fuera por no estar dentro de la ley de contratos públicos, como los servicios financieros, pueden y deben ser usados de manera valiente: las finanzas éticas deben dejar de ser una guinda en el pastel para pasar a ser componente principal en algunas partidas de gasto. El objetivo, en congruencia con la idea de cambio “sistémico” expresada al principio de este texto, apunta al cambio de las reglas del mercado por procesos culturales de responsabilidad social y ambiental como criterios en la gestión del ahorro (para la ciudadanía) y la inversión (para la institución).
Pero además, proponemos que los siguientes pasos, en especial el plan director de lucha contra el desempleo, recoja medidas para que dicha ejecución avance sin prisa pero sin pausa. A modo de lista no exhaustiva y recogiendo las propuestas realizadas traemos aquí las siguientes medidas:
– Medidas en el ámbito de la formación de todos los actores dentro y fuera del ayuntamiento que conforman el sistema de compra pública, es decir no solo los que compran, sino los que venden y los que acompañan a la venta: finanzas, servicios de asesoría, mecanismos de difusión, evaluación, etc.
– Medidas en el ámbito de la difusión: un cambio de este calado requerirá que la información adaptada llegue a muchos y variados colectivos de dicho sistema de compra pública.
– Medidas de carácter organizacional, principalmente para superar los llamados “silos” en la administración. Un viejo proverbio dice que es más fácil que entre un camello por el ojo de una aguja que el que dos departamentos de un ayuntamiento colaboren entre ellos…Y en este caso vamos a necesitar colaboración horizontal, vertical y externa con agencias y organizaciones ajenas al entramado municipal.
– Medidas de investigación y recogida de datos (cuantitativos y cualitativos). Tenemos una cultura administrativa poco desarrollada para la evaluación y esta falla es mayor aún si lo que ha de evaluarse es complejo. Lo que no se busca, no se encuentra y para el éxito de esta transformación debemos prepararnos para buscar concienzudamente.
– Medidas de participación y colaboración social que permitan que los colectivos que estructuran la demanda social, incluidos específicamente los comprometidos con la economía alternativa y solidaria, puedan ser agentes activos en la generación de políticas públicas junto con la administración.
Las transformaciones sociales son el resultado de fuertes energías cívicas de ciudadanos/as globales con conciencia y con alternativas locales concretas: acciones de defensa de los Derechos Humanos, hospitalidad con inmigrantes, consumo ecológico, comercio justo, prácticas de decrecimiento, monedas sociales, cooperativismos, economía colaborativa y solidaria…
Todo esto ya se hace en otras partes de España y del mundo, y en casi todas, los emprendimientos de transformación y las finanzas éticas juegan un papel de socio comprometido, por eso creemos que debemos estar ahí. Hemos mostrado que tenemos conocimientos, capacidades y múltiples capitales tangibles e intangibles clave para el éxito de este viaje ¿Y tú, con quién querrías ir? ¿Con alguien que va de polizón porque pagas tú o con alguien que ha estado empujando el coche cuando estaba sin gasolina?