En el marco de la Asamblea, la entidad ha hecho públicos sus resultados del balance anual del ejercicio 2022
Madrid, 23 de mayo de 2023.- El grupo Banca Etica, la entidad bancaria cooperativa de finanzas éticas, cerró el ejercicio 2022 con un beneficio neto consolidado de 17,2 millones de euros, una cifra en crecimiento con respecto al año anterior que ha permitido al banco seguir aumentando el capital y los préstamos a la economía social.
Así lo muestra el esquema de balance sobre el estado patrimonial y los estados financieros aprobados por el Consejo de Administración para las comunicaciones periódicas de final de año a la vigilancia y aún no sometido a revisión contable, hecho público en la Asamblea General 2023 de Fiare Banca Etica, celebrada el pasado fin de semana en Sevilla.
El crecimiento del beneficio refleja el aumento del compromiso de Banca Etica para sostener la economía social en Italia y en España.
LA EFICIENCIA DE LAS FINANZAS AL SERVICIO DE LA ECONOMÍA SOCIAL
En este sentido, el empleo alcanzó los 1.258 millones de euros en diciembre de 2022 con un +7,2% respecto a 2021. En el mismo período, el sector bancario en su conjunto (según ABI monthly outlook) vivió un crecimiento de los empleos casi nulo, del +0,3%. Desde 2018, los empleos de Banca Etica han aumentado un +35%, frente un aumento de apenas el 0,8% para los empleos de la media del sistema bancario.
Asimismo, la recogida directa de ahorro de los clientes alcanzó los 2.493 millones de euros en diciembre de 2022, registrando un +9,3% respecto a 2021. En el mismo período, el conjunto del sector bancario registró una reducción del -1,2% (ABI monthly outlook). Desde 2018 Banca Etica ha vivido un aumento del +61% de la recogida de ahorro, frente al +18% del sistema bancario general.
El capital social aumentó en 6,6 millones de euros (+8% respecto al año anterior) alcanzando los 88,6 millones. Desde 2018, ha aumentado casi un 27%. Para la presidenta de Banca Etica, Anna Fasano, “el crecimiento constante en los últimos años de nuestro capital social y de nuestra clientela demuestra cuántas personas y organizaciones desean optar por las finanzas éticas: unas finanzas que producen beneficios sanos, renunciando a las ganancias derivadas del comercio de armas o de las fuentes fósiles, y que apoyan a quien invierte en proyectos de desarrollo que protegen el medio ambiente y los derechos de las personas”.
Los datos de capital de los fondos comunes de inversión de Etica Sgr muestran una reducción con respecto al periodo anterior con 872 millones de euros, unos resultados alineados con el sistema bancario italiano, por efecto de la evolución negativa de los mercados financieros y por el impacto en las inversiones de la elevada inflación.
“2022 fue un año difícil: comenzó con optimismo por la salida de la emergencia pandémica, pero pronto nos puso ante la pesadilla de la guerra en Europa. Una guerra que aún no ha terminado y que, junto con la intolerable carga de muerte y destrucción, ha provocado una crisis energética que, a su vez, ha aumentado un crecimiento importante de la inflación que no se veía desde hace más de una década”, ha explicado la presidenta de Banca Etica.
“Desde hace meses, los bancos centrales están aumentando los tipos de interés para contrastar aumentos de precios adicionales, con el resultado de que las hipotecas y los préstamos resultan más caros”, ha continuado. “En este escenario, el compromiso de Banca Etica siempre se ha concentrado en la dirección de seguir facilitando el acceso al crédito a las familias, las personas y toda la galaxia de empresas y organizaciones que animan la economía civil y solidaria en Italia y en España. Creemos que el crédito es un instrumento fundamental en las estrategias de desarrollo sostenible en el país y de contraste de las desigualdades, que vuelven a aumentar en estos tiempos tan complejos”, ha concluído.
Por su parte, los índices de solidez patrimonial CET1 y Total Capital Ratio se registran respectivamente en el 15,6% y el 19,1%, alineados sustancialmente con los datos de 31 de diciembre de 2021. El cost income pasa del 68,2% al 67,7%, en un año en el que se han contabilizado importantes cargas no recurrentes por la mejoría de la infraestructura informática.