Apreciadas personas y entidades socias de Banca Etica,
tal y como habréis podido ver por la comunicación de inicio del proceso electoral, para la renovación de los órganos sociales en la próxima asamblea del mes de mayo, no me presento como candidato a la Presidencia, ni siquiera al Consejo de Administración de nuestra Banca Etica.
Os escribo porque en esta fase es importante examinar a fondo con vosotros el camino que me ha llevado a esta elección, intentando hacer una valoración de estos años de trabajo en común. Así pues, quisiera recorrer junto con vosotros mi experiencia humana, profesional y como socio de este extraordinario banco que he tenido la oportunidad de dirigir, gracias a vuestra confianza y a vuestro apoyo, que van más allá del voto asambleario.
Llegué a presidente de Banca Etica en el año 2010 y en ese mismo año, en enero, formalicé mi candidatura.
Al volverla a leer, he sentido emoción y un poco de ternura, pero también una sensación de satisfacción por todo lo que hemos hecho juntos en estos años. Un recorrido que ha visto importantes resultados de crecimiento gracias a un esfuerzo coral y colectivo. Resultados logrados, quiero subrayarlo, con el trabajo y compromiso común, y no con los enfrentamientos y polémicas; resultados aún más significativos en un período histórico en que el sistema bancario ha sufrido las consecuencias de una grave crisis reputacional y de capacidad de dar respuestas concretas a la economía real.
El recorrido que hemos realizado juntos ha reforzado a nuestro Grupo y al movimiento de las finanzas éticas, con la evolución y el desarrollo no solamente del banco, sino también de Etica SGR, de la Fundación Finanza Etica en Italia y de la revista Valori; años en los que hemos ampliado los límites geográficos operativos de nuestra cooperativa, con la apertura de la sucursal española, y ensanchado nuestro horizonte cultural, con el nacimiento de la Fundación Finanzas Éticas y de tantas campañas, a partir de la de «No con mi dinero».
Han sido años en que hemos trabajado a nivel internacional alcanzando posiciones importantes en la Global Alliance for Banking on Values (GABV), en la Federación Europea de los Bancos Éticos y Alternativos (FEBEA) e interviniendo con mayor sistematicidad en el sector del microcrédito en los países del sur del mundo.
Años en los que hemos empezado a capitalizar el trabajo de sensibilización de diez años respecto a las instituciones, con el reconocimiento de las finanzas éticas en el Texto Único Bancario, el encuentro con el presidente Mattarella, las audiencias en numerosas comisiones del Parlamento italiano y del Parlamento Europeo. Desde finales del 2009 hasta hoy somos muchas más personas las que hemos escogido las finanzas éticas y nuestra capacidad de generar participación cooperativa ha crecido, en la calidad de las personas portadoras de valor y en los números:
– las personas socias han aumentado el 30% y el capital social el 167%,
– la captación de ahorro directa ha aumentado el 144% y la captación de ahorro en Etica SGR nada menos que el 324%,
– las financiaciones que concedemos a la economía social y solidaria son muchas más, actualmente llegan casi a 926 millones, con un incremento del 161%, manteniendo una calidad decididamente superior al sistema bancario italiano,
– las personas que trabajan en el grupo han crecido el 57%.
Estos números, que son nuestros «números» porque los hemos conseguido juntos, son una señal concreta que el «realizar juntos» de las finanzas éticas tiene un impacto en la mejora de la sociedad y construye un planeta más sostenible.
Hemos conseguido muchos desafíos importantes, hemos lanzado otros, y otros hemos sido designados a afrontarlos por el contexto que nos rodea.
Creo que en un buen proyecto cooperativo debe haber alternancia en el liderazgo y dirección, y es a partir de esta consideración que he iniciado la reflexión que me ha llevado a no presentar de nuevo mi candidatura. No ha sido una decisión fácil, por la pasión y por el amor que tengo por el proyecto de Banca Etica, pero es una decisión que ha sido tomada también gracias al buen trabajo llevado a cabo con el Consejo de Administración en la óptica de llegar a la mejor solución para el banco.
Tenemos una norma estatutaria sobre la vinculación de mandatos que consideramos todos absolutamente sana: no más de doce años como presidente/a. Acabar voluntariamente después de nueve años es una señal para todos que no son solamente las normas las que hacen las finanzas éticas, sino que son las relaciones y las oportunidades cooperativas y, por tanto, la riqueza de las personas que en Banca Etica dedican pasión y profesionalidad.
Interpretando la función que las normas y el buen sentido confieren al Consejo de Administración, mi «no candidatura» está vinculada a la responsabilidad de comprobar que haya otra persona candidata adecuada a desempeñar este cargo. En otras palabras, he podido hacer esta elección porque junto con el Consejo de Administración hemos considerado que Anna Fasano es una óptima candidata a presidenta.
Por lo tanto, es una decisión que he tomado con absoluta serenidad, obviamente me duele a nivel personal, pero también estoy convencido de que la vida me dará otras oportunidades sin que en este momento tenga que ocuparme demasiado de ello, también porque al menos durante otro año podré concentrarme en el trabajo de presidente de Etica SGR. Veremos si después continuaré al servicio del Grupo, pero quiero aclarar de inmediato que el banco no tiene deudas de reconocimiento hacia mí, más bien es al contrario, y, por tanto, somos todos libres de tomar las mejores decisiones.
Puedo sentirme satisfecho del recorrido que hemos hecho en estos nueve años, ciertamente ha habido errores, con el juicio posterior tengo claro que algunos proyectos no han funcionado, que las decisiones se podían haber tomado antes o que algunas situaciones podían merecer espacios de reflexión más amplios (y otras, quizá, menos amplios).
Quizás, algunas veces, una de mis excesivas preocupaciones por el futuro del banco no me ha permitido comprender algunos elementos que podrían haber surgido de considerar otros puntos de vista.
Durante estos años he crecido a nivel personal, pero creo que, en general, ha crecido nuestra conciencia como organización cooperativa. Crecer como banco y como persona, me ha hecho ser consciente que nuestra esencia cooperativa es, por encima de todo, un “sueño” compartido y el trabajo de hacerlo juntos para lograrlo. Y es por eso, que también apoyo la candidatura de Anna y la lista participativa que está construyendo junto con el comité promotor en las últimas semanas.
Gracias a la experiencia de Anna y a su sensibilidad creo que podremos realizar sucesivos pasos hacia delante respecto al crecimiento de la cultura participativa entre las personas socias, en la co-proyectación, en una mayor dialéctica entre el nivel político y operativo del banco.
En tanto que no soy candidato, pienso que puedo compartir con vosotros, personas socias, como raramente he hecho, algunos pensamientos personales.
Por primera vez nos encontraremos que tenemos una persona presidenta que no estaba entre los fundadores que fueron al notario para constituir el inicio de Banca Etica, es un hecho positivo e indudablemente significativo: comenzará la verdadera mayoría de edad de Banca Etica.
En las reflexiones sobre los planes de sucesión (en este link el documento sobre la figura ideal de presidente/a), hemos intentado delinear las características que, como personas socias de Banca Etica, queremos ver en el presidente/a. No se trata de un ejercicio retórico, es el esfuerzo cotidiano de las finanzas éticas y os invito a releerlo y a valorarlo atentamente, reflexionando sobre el hecho de que en estas «líneas directrices» está nuestro futuro.
El perfil ético de una persona candidata a presidente/a, o consejero/a, no es un hecho accesorio, sino fundamental; forma parte de ello, por ejemplo, la capacidad de afrontar las situaciones de conflicto con transparencia y corrección. En el perfil profesional sí que es importante la competencia en el ámbito financiero, pero también es fundamental la capacidad de gestionar el diálogo, la capacidad de generar consenso escuchando las diversas posiciones, la experiencia directiva o empresarial que no hace perder de vista la eficacia de las elecciones.
El perfil ideal de la figura de presidente/a subraya algunos aspectos esenciales: tener experiencia vivida de compromiso social, tener una historia de finanzas éticas, en particular en Banca Etica, haber realizado elecciones significativas en la propia vida, tener experiencia de gobernanzas complejas.
De ello se desprende que la mejor manera para evaluar a un candidato a presidente/a es que tenga experiencia en el Consejo de Administración de un banco y mejor aún de Banca Etica, desde el momento que tendrá que dirigirla. Desde este punto de vista, la vinculación de los mandatos puede ser perjudicial porque una persona consejera que fuese elegida presidenta podría no tener un período adecuado para aprovechar las competencias adquiridas en la experiencia en el Consejo de Administración. Es un punto que no hemos afrontado en la compleja revisión que nos ha llevado al actual modelo de gobernanza, un punto sobre el cual reflexionar para el futuro tal vez compensándolo con una posible introducción de un vínculo de no opción de recandidatura para el presidente.
Quisiera, en fin, invitaros a prestar mucha atención a aquello que veo como un riesgo para nuestro banco: aquel de hacer partidaria la confrontación en la base social. El formarse divisiones y contraposiciones no sobre la base de ideas radicalmente diversas de interpretar y realizar Banca Etica, sino sobre luchas de poder o recriminaciones, podría conducirnos a extraviar la misión original como ya, desgraciadamente, ha sucedido en tantas organizaciones con grandes ideales. Si de esto se derivase un daño para nuestro banco, tendremos una enorme responsabilidad con respecto a la sociedad italiana y española. Sin embargo, sean bienvenidas la confrontación y la dialéctica que pueden hacer crecer las finanzas éticas a partir de las ideas.
Es un momento de elecciones que todos y todas estamos llamados a realizar, es el momento de cuidar Banca Etica, informándose, expresando el propio voto, continuando a darle apoyo en el día a día.
Os doy las gracias por el afecto, el trabajo juntos, las carcajadas, los sueños y las preocupaciones compartidas durante estos años.
¡Viva Banca Etica!
Ugo Biggeri
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