Cada día, toneladas de alimentos en perfecto estado son descartados del circuito comercial por excedentes, reducción de precios o cuestiones estéticas. Se calcula que, en todo el mundo, un 45% de las frutas y verduras se pierde o desperdicia. Esto no supone únicamente una gran pérdida a nivel alimentario, sino que también se malgastan recursos, entre ellos una gran cantidad de agua, energía y hectáreas de superficie agrícola. Por otro lado, este desperdicio es el responsable de 3.300 millones de toneladas de CO2 liberadas anualmente. Con tal de combatir esta situación nace la Fundació Espigoladors, una organización sin ánimo de lucro con tres ejes: evitar el desperdicio alimentario, luchar por el acceso a una alimentación saludable y ofrecer oportunidades laborales a personas en riesgo de exclusión social.
Para conocer esta iniciativa de primera mano visitamos el Parc Agrari del Baix Llobregat, que hoy acoge a diez voluntarias que estarán recogiendo peras durante unas horas. Estas frutas hubieran sido desechadas por su productor, por lo que cede este espacio a Espigoladors para que se aprovechen los alimentos que no pueden ser comercializados. Koldo, el coordinador de espigueos que nos acompaña hoy, nos explica que a menudo los alimentos recogidos se distribuyen de forma gratuita a entidades sociales. Sin embargo, hoy Es im-perfect. ha comprado estos excedentes. También nos cuenta que las personas voluntarias espiguean durante tres horas, y que se llegan a crear listas de espera para participar. Según nos explica una de las participantes, este voluntariado le permite mantenerse activa en su jubilación con una labor de impacto social; se trata de la tercera vez que participa en uno de los espigueos.
Al acabar el espigueo se ha recogido una tonelada de peras: una tonelada de frutas en perfecto estado que hubieran sido desechadas.
En esta ocasión, las frutas van destinadas a Es im-perfect, una marca que forma parte de la Fundació Espigoladors. Es im-perfect es una empresa de inserción laboral y transformación alimentaria: compra los excedentes de productores agrícolas locales para fabricar conservas vegetales de todo tipo, desde mermeladas hasta cremas y patés.
En el obrador se fabrican diferentes artículos, todos ellos elaborados sin aditivos ni conservantes, donde el producto predominante siempre es la fruta o verdura. Allí, personas en riesgo de exclusión se dedican a preparar, cocinar, envasar y etiquetar todas las elaboraciones. Una vez preparadas, las conservas se distribuyen por más de 600 puntos de venta, aunque también es posible adquirirlas online a través de su página web.
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