Hace unos meses el Papa Francisco recibió en audiencia a representantes de la banca ética y cooperativa europea, incluyendo a personas socias y trabajadoras de Fiare Banca Etica. 

Durante el encuentro, el Pontífice subrayó la importancia de construir un sistema financiero inclusivo y transparente, al servicio del desarrollo humano integral. Criticó las prácticas financieras que priorizan exclusivamente el beneficio, afirmando que “cuando las finanzas pisotean a las personas, fomentan desigualdades y se distancian de la vida de los territorios, traicionan su propósito”.

Este mensaje resuena especialmente en un contexto global donde se debate la inclusión de inversiones en armamento dentro de las finanzas sostenibles. Las instituciones de finanzas éticas, comprometidas con la promoción de los derechos humanos y el cuidado del medio ambiente, rechazan estas tendencias y abogan por una economía de paz.​

El legado del Papa Francisco en este ámbito es profundo. Desde su encíclica Laudato Si’ hasta sus discursos más recientes justo antes de su muerte, abogó por una economía que priorice la dignidad humana y el bien común sobre el lucro desmedido. Su llamado a las instituciones financieras a ser “portadoras de esperanza” y a evitar “actitudes usureras” que acentúan la desigualdad, seguirán siendo una guía para quienes buscan una economía más justa y solidaria.