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Etica e cooperativa

La participación de las socias y socios en la defensa de las finanzas cooperativas

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por Marina Galati, presidenta del Comité Ético de Banca Etica.

Estas semanas, las socias y socios de Banca Etica están en camino de elegir el próximo Consejo de Administración aplicando el nuevo reglamento electoral que hemos estado elaborando los dos últimos años para mejorar la calidad de los procesos participativos. Este es un factor determinante para mejorar la eficiencia, la innovación y el desarrollo de proyectos futuros, pero también es el requisito previo para responder a los desafíos éticos de la democracia económica a la que estamos llamados.

En los próximos días podremos expresarnos todos y todas, señalando a quienes consideramos nuestros candidatos/as a asumir el papel de administradores/as en el próximo trienio. Por primera vez, lo haremos en dos países diferentes, asumiendo así una visión más europea y activando nuevas formas de participación más amplia, apoyándonos también en las innovaciones tecnológicas. Es un recorrido nuevo y por lo tanto, perfeccionable. Somos conscientes de que nuestro proceder es disonante con las políticas nacionales y europeas del sistema bancario y, especialmente, con la reforma de las cooperativas de crédito y sus bancos.

Se apuesta por hacer «visibles» y desafiantes para nosotros/as y para los y las demás aquellos elementos constitutivos de nuestra identidad como banco, de manera que su innovación produzca reflexión, prácticas participativas, respuestas de justicia social y democracia económica. Entre estos elementos quiero detenerme sobre tres que me parecen cruciales para Banca Etica: ser cooperativa, coconstruir democracia organizativa y promover la innovación.

Ser cooperativa no es solo elegir un modelo económico sino también uno social y antropológico, que sitúe en el centro la construcción conjunta de la dignidad humana y el bien común. La mutualidad y la solidaridad en Banca Etica no se limitan a los y las habitantes del mismo territorio y el mismo país, sino que tienen una dimensión global, sobre todo en presencia de redes y sistemas digitales que conectan sectores sociales y económicos que van más allá de los confines territoriales. El accionariado actual de Banca Etica es internacional; hay muchos pequeños/as ahorradores resilientes, socios/as y clientes que dirigen las inversiones y sus propios ahorros al bien común. Tenemos el reto de crear «redes, mutualidades, cooperación» entre quienes hoy en día se ven «expulsados/as» o fuera del mercado pero que son potenciales activadores/as de cooperación, es decir, entre tantos sujetos que operan e invierten en las nuevas economías éticas y solidarias. Estamos dispuestos/as así a apropiarnos también de ulteriores sinergias para interpretar y desarrollar hipótesis y proyectos. Es evidente que el nuestro es un desafío contra las políticas de los sistemas bancarios dirigidas a imponer un modelo único de banca «too big to fail».

La coconstrucción de la democracia organizativa aumenta el derecho y el «poder» de las personas para influir en las decisiones y la actividad de una organización. Dicho de otro modo, es la ruta que persigue desarrollar más la democracia, evitando que el poder decisivo y la influencia sobre la gobernanza se concentre en las manos de pequeños grupos exclusivos. En los estudios sobre el empoderamiento organizativo se da importancia central al justo interés de cada uno/a por sentirse parte del proceso de toma de decisiones en el contexto organizativo, que es un proceso de influencia recíproca. El mundo de Banca Etica es un ecosistema diseñado como una red de sistemas horizontales que están en relación constante con los diferentes portadores/as de valor y con el ambiente circundante en un proceso continuo de coconstrucción.

La democracia organizativa no se limita solo a las estructuras sino que, una vez garantizados los puestos y los papeles en las decisiones y la responsabilidad, se concreta a través de todos los procesos, flujos y relaciones sociales. El recorrido elegido para desarrollar y socializar la democracia organizativa es evolutivo, por lo que necesita que todos los portadores/as de valor estén atentos a su evolución y a las formas y consistencia que tome en la realidad.

En nuestro banco, hoy ya transnacional, la gestión de los procesos participativos y el dar a todos/as la misma oportunidad de participar, nos impulsa a experimentar nuevos enfoques culturales y metodológicos, nuevas formas tecnológicas que puedan llegar a formar un patrimonio de conocimientos y prácticas que contrarresten los sistemas bancarios y financieros que penalizan aquellos bancos que protegen realmente la gestión del crédito.

La promoción de la innovación en el sistema financiero ha sido un elemento crucial en Banca Etica, y ha sido posible solo gracias al sistema más amplio en el que se sitúa, que lo ha sostenido y le ha permitido seguir estando activo y vital. Pienso en todos los socios/as activas en Italia y España, organizados/as en los diversos territorios, y a las redes de socios/as de referencia así como las organizaciones arraigadas en las comunidades territoriales. Se puede innovar y crecer dentro de un ecosistema que espolea, provoca discusiones, da un espacio justo a la creación, ayuda a educar en finanzas a los socios/as y a la ciudadanía, elevando su nivel de conocimiento y competencia mediante las múltiples actividades de difusión en las que se les capacita para asumir el protagonismo y para querer participar en un sector complejo como es el financiero. Es un compromiso que seguir cada vez con mayor fuerza, especialmente a la luz de todo lo ocurrido últimamente en el contexto italiano, en el que tantos ciudadanos/as que se han sentido engañado/as por los propios bancos y el sistema financiero.

Los procesos participativos, la construcción de la democracia, las innovaciones necesitan que se ejerza una crítica honesta y constructiva, es decir, dejarse desafiar por cuestiones que interrogan, alimentan y nutren un ecosistema. Estos nuevos desafíos y demandas serán sobre todo éticas y requerirán dar sentido a nuevas elecciones concretas que acometer conjuntamente… a todos nosotros/as competerá hacerlo.

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La participació de les sòcies i els socis en la defensa de les finances cooperatives

per Marina Galati, presidenta del Comitè Ètic de Banca Etica.

Aquestes setmanes, les sòcies i els socis de Banca Popolare Etica estan en camí d’escollir el pròxim Consell d’Administració aplicant el nou reglament electoral que hem estat elaborant els dos darrers anys per millorar la qualitat dels processos participatius. Aquest és un factor determinant per millorar l’eficiència, la innovació i el desenvolupament de projectes futurs, però també és el requisit previ per donar resposta als desafiaments ètics de la democràcia econòmica a la qual estem cridats.

Els propers dies podrem expressar-nos tots i totes i assenyalar qui considerem els nostres candidats i candidates a assumir el paper d’administradors i administradores el proper trienni. Per primera vegada, ho farem a dos països diferents, tot assumint així una visió més europea i activant noves formes de participació més amplia, recolzant-nos també en les innovacions tecnològiques. És un recorregut nou i, per tant, perfeccionable. Som conscients que la nostra manera de procedir és dissonant amb les polítiques nacionals i  europees del sistema bancari i, especialment, amb la reforma de les cooperatives de crèdit i els seus bancs.
S’aposta per fer «visibles» i desafiadors per a nosaltres i per als altres aquells elements constitutius de la nostra identitat com a banc, de manera que la innovació produeixi reflexió, pràctiques participatives, respostes de justícia social i democràcia econòmica. Entre aquests elements em vull aturar en tres que em semblen crucials per a Banca Etica: ser cooperativa, coconstruir democràcia organitzativa i promoure la innovació.

Ser cooperativa no és solament escollir un model econòmic sinó també un de social i antropològic, que situï en el centre la construcció conjunta de la dignitat humana i el bé comú. La mutualitat i la solidaritat a Banca Etica no es limiten a les persones que habiten un mateix territori i un mateix país, sinó que tenen una dimensió global, sobretot en presència de xarxes i sistemes digitals que connecten sectors socials i econòmics que van més enllà dels límits territorials. L’accionariat actual de Banca Etica és internacional; hi ha molts petits estalviadors resilients, socis/sòcies i clients que dirigeixen les inversions i els seus propis estalvis al bé comú. Tenim el repte de crear «xarxes, mutualitats, cooperació» entre els qui avui dia es veuen «expulsats/ades» o fora del mercat però que són potencials agents activadors de cooperació, és a dir, entre tants subjectes que operen i inverteixen en les noves economies ètiques i solidàries. Estem disposats, així, a apropiar-nos també d’ulteriors sinergies per interpretar i desenvolupar hipòtesis i projectes. És evident que el nostre és un desafiament contra les polítiques dels sistemes bancaris dirigides a imposar un model únic de banca «too big to fail».

La coconstrucció de la democràcia organitzativa augmenta el dret i el «poder» de les persones per influir en les decisions i l’activitat d’una organització. Dit d’una altra manera, és la ruta que persegueix desenvolupar més la democràcia i evitar que el poder decisiu i la influència sobre la governança es concentrin en les mans de petits grups exclusius. En els estudis sobre l’apoderament organitzatiu es dóna una importància central al just interès de cadascú per sentir-se part del procés de presa de decisions en el context organitzatiu, que és un procés d’influència recíproca. El món de Banca Etica és un ecosistema dissenyat com una xarxa de sistemes horitzontals que estan en relació constant amb els diferents portadors i portadores de valor i amb l’ambient circumdant en un procés continu de coconstrucció.

La democràcia organitzativa no es limita únicament a les estructures, sinó que, un cop garantits els llocs i els papers en les decisions i la responsabilitat, es concreta a través de tots els processos, fluxos i relacions socials. El recorregut escollit per desenvolupar i socialitzar la democràcia organitzativa és evolutiu, per la qual cosa necessita que tots els portadors i les portadores de valor estiguin atents a la seva evolució i a les formes i la consistència que prengui en la realitat. Al nostre banc, avui ja transnacional, la gestió dels processos participatius i el fet de donar a tothom la mateixa oportunitat de participar ens impulsa a experimentar nous enfocaments culturals i metodològics, noves formes tecnològiques que puguin arribar a formar un patrimoni de coneixements i pràctiques que contrarestin els sistemes bancaris i financers que penalitzen aquells bancs que protegeixen realment la gestió del crèdit.

La promoció de la innovació en el sistema financer ha estat un element crucial a Banca Etica, i ha estat possible només gràcies al sistema més ampli en el qual se situa, que l’ha sostingut i li ha permès continuar estant actiu i vital. Penso en tots els socis i sòcies actius a Itàlia i Espanya, organitzats als diversos territoris, i a les xarxes de socis i sòcies de referència, així com les organitzacions arrelades a les comunitats territorials.
Es pot innovar i créixer dins d’un ecosistema que estimula, provoca discussions, dóna un espai just a la creació, ajuda a educar en finances els socis i sòcies i la ciutadania, tot elevant el seu nivell de coneixement i competència mitjançant les múltiples activitats de difusió en les quals se les capacita per assumir el protagonisme i per voler participar en un sector complex com és el financer. És un compromís a seguir cada cop amb més força, especialment a la llum de tot el que s’ha esdevingut últimament dins el context italià, en el qual tants ciutadans i tantes ciutadanes s’han sentit enganyats i enganyades pels mateixos bancs i el sistema financer.

Els processos participatius, la construcció de la democràcia, les innovacions, necessiten que s’exerceixi una crítica honesta i constructiva, és a dir, deixar-se desafiar per qüestions que interroguen, alimenten i nodreixen un ecosistema. Aquests nous desafiaments i demandes seran sobretot ètics i requeriran donar sentit a noves eleccions concretes que caldrà emprendre conjuntament… A tots nosaltres ens competirà fer-ho.

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Bazkideak, finantza kooperatiboen alde

Marina Galati, Banca Eticaren Etika Batzordeko burua.

Datozen asteotan, Banca Popolare Eticako bazkideek hurrengo Administrazio Kontseilua hautatuko dute azken bi urteotan osatu dugun hauteskunde-araudi berriari jarraikiz, prozesu parte-hartzaileen kalitatea hobetzeko. Faktore hori erabakigarria da etorkizuneko proiektuak eraginkorragoak eta berritzaileagoak izan daitezen, eta, halaber, demokrazia ekonomikoaren erronka etikoei aurre egiteko beharrezko baldintza da.

Hurrengo egunetan, guztiok eman ahalko dugu iritzia, eta datozen hiru urteetako administrari nor izatea nahi dugun adierazi. Aurreneko aldiz, bi herrialdetan egingo dugu hori; horrela, ikuspegi europarragoa hartuko dugu, eta partaidetza zabalagoa lortzeko modu berriak aktibatuko ditugu, berrikuntza teknologikoetan ere oinarrituta. Ibilbide berria da, eta, beraz, egongo da hobetzea. Badakigu gure jokabidea ez datorrela bat banku-sistemaren politika nazional eta europarrekin eta, bereziki, kreditu-kooperatiben eta bankuen erreformarekin.

Gure bankua osatzen duten ildoak agerian ipini nahi ditugu bai geuretzat bai besteentzat, horien inguruan hausnartzeko, esku hartzeko, justizia sozialeko erantzunak emateko eta demokrazia ekonomikoa ezartzeko. Banca Eticarako berebiziko garrantzia duten hiru xede azpimarratu nahi ditut: kooperatibo izatea, elkarrekin demokrazia antolatzailea eraikitzea eta berrikuntza sustatzea.

Kooperatibo izatea ez da soilik eredu ekonomiko bat hautatzea; eredu soziala eta antropologikoa ere aukeratu behar da, denon artean giza duintasuna eta guztion ongizatea sortzea ardatz duena. Banca Eticaren mutualitatea eta solidaritatea ez dagokie eskualde eta herrialde bereko biztanleei soilik; mundu osoa dute jomugan, batez ere sare eta sistema digitalei esker, lurralde-mugetatik harago doazen sektore sozial eta ekonomikoak lotzen baitituzte. Banca Eticaren egungo akziodunak mundu osokoak dira: aurreztaile erresiliente, bazkide eta bezero askok bideratzen dituzte ondasun erkidera inbertsioak eta aurrezki propioak.
“Sareak, mutualitateak eta lankidetza” sortu nahi ditugu gaur egun beren burua merkatutik “baztertutzat” edo merkatutik kanpo ikusten duten eta lankide izan daitezkeen haien artean; hau da, ekonomia etiko eta solidario berrietan inbertitzen duten hainbat eta hainbat pertsonaren artean. Hala, geure egin nahi ditugu geroagoko sinergiak ere, hipotesiak eta proiektuak interpretatzeko eta garatzeko. Begien bistakoa da banku-sistemen politiken aurkako erronka daukagula, banku-eredu bakarra inposatu nahi baitigute: “too big to fail”.

Demokrazia antolatzailea elkarrekin eraikiz, pertsonek eskubide eta ahalmen handiagoa edukiko dute erakunde baten erabakietan eta jardueretan eragiteko. Bestela esanda, gehiago garatu nahi dugu demokrazia, gobernantzaren gainean erabakitzeko eta eragiteko ahalmena ez dadin gelditu soilik talde esklusibo txikien esku. Antolamenduaren ahalduntzeari buruzko azterlanetan, berebiziko garrantzia ematen zaio bakoitzak antolamenduan erabakiak hartzeko prozesuaren parte izateko duen interesari, prozesu horrek elkarrekiko eragina baitu. Banca Eticaren ekosisteman, elkarrekin eraikitzeko prozesu etengabe batean balio-eragileekin eta inguruko giroarekin harremanetan dauden sistema horizontalen sare bat dago. Demokrazia antolatzailea ez da egituretan bakarrik islatzen; erabakiei eta ardurei dagozkien karguak eta zereginak bermatu ostean, prozesu, fluxu eta harreman sozial guztien bidez gauzatzen da. Demokrazia antolatzailea garatu eta sozializatzeko ibilbidea ebolutiboa da; horrenbestez, balio-eragile guztiek arreta jarri behar diete ibilbide horren bilakaerari eta errealitatean hartuko dituen formei. Gure banku transnazionalean, prozesu parte-hartzaileak kudeatzen ditugunez eta den-denei parte hartzeko aukera ematen diegunez, ikuspegi kultural eta metodologiko berriak esperimenta ditzakegu, baita teknologia berriak ere. Hala, ezagutza eta jardunbideen ondare bat sor dezakegu, kredituaren kudeaketa benetan babesten duten bankuak zigortzen dituzten banku- eta finantza-sistemei aurre egiteko.

Banca Etican garrantzi handia izan du finantza-sistema berritzeak, eta hori sistema zabalago bati esker baino ez dugu lortu, sistema horrek eutsi eta aktibo egoten lagundu digulako. Gogoan ditut hainbat eskualdetan antolaturiko Italiako eta Espainiako bazkide aktibo guztiak, erreferentziazko bazkideen sareak eta lurralde-komunitateetan errotutako erakundeak. Berritu eta hazi egin gaitezke suspertzen gaituen, eztabaidak eragiten dituen, sormenari dagokion lekua uzten dion eta bazkideak eta herritarrak finantzetan hezten laguntzen duen ekosistema baten barruan. Hala, bazkide eta herritarrek ezagutza eta ahalmen handiagoa lor dezakete askotariko difusio-jardueren bidez, protagonista izateko eta finantzen sektore konplexuan parte hartzeko gaitasuna bereganatuko baitute. Gero eta indar handiagoz heldu behar diogu konpromiso horri; bereziki, azkenaldian Italian gertaturiko guztia aintzat hartzen badugu.

Izan ere, hainbat eta hainbat herritarrek uste dute iruzur egin dietela bankuek eurek eta finantza-sistemak.
Prozesu parte-hartzaileak osatzeko, demokrazia eraikitzeko eta berrikuntzak ezartzeko, kritika zintzoa eta konstruktiboa egin behar dugu; hau da, ekosistema bat auzitan jarri eta elikatzen duten erronkei heldu behar diegu. Erronka eta eskaera berri horiek batez ere etikoak izango dira, eta elkarrekin hartu beharko ditugu erabaki zehatzak… Den-denon esku egongo da.

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A participación das persoas socias na defensa das finanzas cooperativas

por Marina Galati, presidenta do Comité Ético de Banca Etica.

Estas semanas, as persoas socias de Banca Popolare Etica van camiño de elixir o próximo Consello de Administración aplicando o novo regulamento electoral que estivemos elaborando os dous últimos anos para mellorar a calidade dos procesos participativos. Este é un factor determinante para mellorar a eficiencia, a innovación e o desenvolvemento de proxectos futuros, mais tamén é o requisito previo para responder aos desafíos éticos da democracia económica á que estamos chamados e chamadas.
Nos vindeiros días poderémonos expresar todos e todas, sinalando as persoas que consideramos os nosos candidatos e candidatas a asumir o papel de administradores/as no próximo trienio. Por primeira vez, farémolo en dous países diferentes, asumindo así unha visión máis europea e activando novas formas de participación máis amplas, apoiándonos tamén nas innovacións tecnolóxicas. É un percorrido novo e, polo tanto, perfeccionable. Somos conscientes de que o noso proceder é disonante coas políticas nacionais e europeas do sistema bancario e, especialmente, coa reforma das cooperativas de crédito e os seus bancos.

Apóstase por facer «visibles» e desafiantes para nós e para os demais aqueles elementos constitutivos da nosa identidade como banco, de xeito que a súa innovación produza reflexión, prácticas participativas, respostas de xustiza social e democracia económica. Entre estes elementos quérome deter nos tres que me parecen cruciais para Banca Etica: ser cooperativa, coconstruír democracia organizativa e promover a innovación.

Ser cooperativa non é só elixir un modelo económico, senón tamén un modelo social e antropolóxico, que sitúe no centro a construción conxunta da dignidade humana e o ben común. A mutualidade e a solidariedade en Banca Etica non se limitan aos e ás habitantes do mesmo territorio e do mesmo país, senón que teñen unha dimensión global, sobre todo en presenza de redes e sistemas dixitais que conectan sectores sociais e económicos que van máis aló dos confíns territoriais.
O accionariado actual de Banca Etica é internacional; hai moitos pequenos/as aforradores/as resilientes, socios/as e clientes que dirixen os investimentos e os seus propios aforros ao ben común.

Temos o reto de crear «redes, mutualidades, cooperación» entre os/as que hoxe en día se ven «expulsados/as» ou fóra do mercado, mais que son potenciais activadores/as de cooperación, é dicir, entre tantos suxeitos que operan e invisten nas novas economías éticas e solidarias. Así, estamos dispostos/as a nos apropiar tamén de ulteriores sinerxías para interpretar e desenvolver hipóteses e proxectos. É evidente que o noso é un desafío contra as políticas dos sistemas bancarios dirixidas a impor un modelo único de banca «too big to fail» (demasiado grande para que fracase).

A coconstrución da democracia organizativa aumenta o dereito e o «poder» das persoas para influír nas decisións e na actividade dunha organización. Dito doutro xeito, é a ruta que persegue desenvolver máis a democracia, evitando que o poder decisivo e a influencia sobre a gobernanza se concentren nas mans de pequenos grupos exclusivos. Nos estudos sobre o empoderamento organizativo dáse importancia central ao xusto interese de cada un(ha) por sentirse parte do proceso de toma de decisións no contexto organizativo, que é un proceso de influencia recíproca. O mundo de Banca Etica é un ecosistema deseñado como unha rede de sistemas horizontais que están en relación constante co(a)s diferentes portadores/as de valor e co ambiente circundante nun proceso continuo de coconstrución. A democracia organizativa non se limita só ás estruturas, senón que, unha vez garantidos os postos e os papeis nas decisións e a responsabilidade, concrétase a través de todos os procesos, fluxos e relacións sociais. O percorrido elixido para desenvolver e socializar a democracia organizativa é evolutivo, polo que precisa que todos os portadores e portadoras de valor estean atentos/as á súa evolución e ás formas e consistencia que tome na realidade. No noso banco, hoxe xa transnacional, a xestión dos procesos participativos e o dar a todos/as a mesma oportunidade de participar, impúlsanos a experimentar novos enfoques culturais e metodolóxicos, novas formas tecnolóxicas que poidan chegar a formar un patrimonio de coñecementos e prácticas que contrarresten os sistemas bancarios e financeiros que penalizan aqueles bancos que protexen realmente a xestión do crédito.

A promoción da innovación no sistema financeiro foi un elemento crucial en Banca Etica, e só foi posible grazas ao sistema máis amplo no que se sitúa, que o sostivo e lle permitiu seguir estando activo e vital. Penso en todas as persoas socias activas en Italia e España, organizadas nos diversos territorios, e nas redes de socios/as de referencia así como nas organizacións arraigadas nas comunidades territoriais. Pódese innovar e medrar dentro dun ecosistema que esporea, provoca debates, dá un espazo xusto á creación, axuda a educar en finanzas ás persoas socias e á cidadanía, elevando o seu nivel de coñecemento e competencia mediante as múltiples actividades de difusión nas que se lles capacita para asumir o protagonismo e para querer participar nun sector complexo como é o financeiro. É un compromiso que seguir cada vez con maior forza, especialmente cando vemos todo o ocorrido ultimamente no contexto italiano, no que tantos cidadáns/cidadás se sentiron enganados/as polos propios bancos e o sistema financeiro.

Os procesos participativos, a construción da democracia e as innovacións precisan o exercicio dunha crítica honesta e construtiva, é dicir, deixarse desafiar por cuestións que interrogan, alimentan e nutren un ecosistema. Estes novos desafíos e demandas serán sobre todo éticos e requirirán dar sentido a novas eleccións concretas que acometer conxuntamente… competeranos a todos nós facelo.