Dínos algo sobre ti que consideres importante de cara a su candidatura
Tengo 37 años, nací y crecí en Friuli y he trabajado y vivido en el extranjero durante 14 años, la mayoría de ellos en la India e Inglaterra. Apasionada de la montaña, volví a Friuli hace unos años también para estar más cerca de mis raíces mientras continúo mi trabajo para una ONG internacional que se ocupa de los derechos humanos y el medio ambiente. Udine es también el lugar donde empecé a involucrarme en el asociacionismo. Esta combinación de dimensiones locales y globales ha caracterizado mi trayectoria hasta ahora: me apasiona (y creo que es necesario) abordar cuestiones globales complejas con ideas y soluciones que surgen de vías locales de participación y activismo.
¿Qué te motiva para ser candidata al Comité Ético de Banca Ética?
Soy socia y cliente de Banca Etica desde hace muchos años y sigo creyendo en el proyecto de unas finanzas éticamente orientadas. Me gustaría contribuir activamente en el compromiso de Banca Etica para reducir las desigualdades económicas y sociales, cada vez más grandes en nuestra sociedad, y que son el resultado de políticas y prácticas basadas en la explotación del trabajo (por ejemplo, trabajo informal y no remunerado), de los recursos naturales, y de siglos de colonialismo occidental en el Sur Global.
Considero una posible participación en el Comité de Ética como una oportunidad de enriquecimiento personal que me permita aprender de las realidades presentes dentro del Banco, estimulando además la transparencia y la confrontación con los miembros sobre temas relevantes como elementos esenciales para incrementar su carácter democrático.
En un momento de grandes retos externos de carácter social, cultural, medioambiental, desde tu experiencia, ¿qué contribución crees que puede hacer el Comité de Ética, para acompañar la evolución de un banco que nació para poner el dinero al servicio de las personas y del planeta?
Creo que los retos a los que se enfrenta el banco deben abordarse desde la perspectiva del impacto sobre los derechos de las personas, incluido el derecho a un medio ambiente sano, y la reducción de las desigualdades, incluidas las de género, económicas y sociales. El Comité de Ética puede y debe desempeñar un papel importante en este frente, continuando la orientación del Banco hacia opciones que sean tanto sostenibles desde el punto de vista medioambiental como redistributivas y justas. Mi experiencia voluntaria y profesional me ha permitido relacionarme con realidades comprometidas con la justicia social, digital y medioambiental en diferentes países del mundo, y analizar cuestiones y contextos sociales complejos manteniendo en el centro el respeto y la afirmación de los derechos fundamentales y el medio ambiente. Al tratar con frecuencia casos de abusos de derechos por parte de empresas y multinacionales, creo que puedo reforzar el ya evidente compromiso del Banco con la aplicación de políticas eficaces de diligencia debida, también a la luz de la normativa europea e internacional vigente y futura. Otro tema en el que puedo aportar mis experiencias en diversas organizaciones de la sociedad civil es el del uso de los datos personales y las tecnologías digitales, tanto a nivel operacional como en lo que respecta a las inversiones del Banco en este ámbito. En esta cuestión, creo que el Banco puede ofrecerse como un modelo virtuoso, rechazando las lógicas extractivistas que explotan los datos personales con fines especulativos, prestando atención a las personas excluidas de los servicios digitales y reafirmando la centralidad de la sostenibilidad medioambiental en la producción de nuevas tecnologías.
