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Etica e cooperativa

Peru Sasia, reelegido presidente de la Federación Europea de Bancos Éticos (FEBEA)

El vicepresidente de Banca Etica, Peru Sasia, ha sido reelegido por otros tres años para la presidencia de FEBEA, la Federación Europea de Bancos Éticos y Alternativos fundada en 2001.

FEBEA es una federación sin ánimo de lucro que trabaja para promover y desarrollar las finanzas éticas en Europa al servicio de las personas, las comunidades y el medio ambiente.

Actualmente 28 entidades forman parte de la entidad donde encontramos 13 bancos, 8 cajas de ahorros, 5 sociedades de inversión y 2 fundaciones procedentes de 14 países europeos. Las instituciones miembros son muy diferentes en tamaño y forma jurídica, pero todas comparten y suscriben la misma atención a la transparencia y los beneficios sociales y ambientales para la comunidad.

Os dejamos su mensaje de bienvenida en su nuevo mandato publicado en la web de FEBEA.

La Federación de Banca Etica y Alternativa afronta una nueva etapa, tras la elección del Consejo para los próximos tres años en la Asamblea General del pasado 2 de septiembre. Una nueva etapa que, en condiciones normales, debería venir marcada por la elaboración y puesta en marcha de un nuevo Plan Estratégico para el período 2022-2025 capaz de proyectar nuestra actividad sobre la base de los significativos cambios estructurales que la Federación ha ido definiendo e implementando en los últimos años.

Pero nada es normal en estos tiempos.
La crisis del covid-19 ha impuesto, entre muchas otras cosas, la necesidad de resituarnos como personas y organizaciones en un nuevo contexto social, con nuevas normas y nuevas prioridades que apuntan a la necesidad de una revisión profunda de nuestra manera de entender el mundo y de entendernos en él. Una manera que nos desafía, especialmente, a afrontar nuevos procesos de construcción de justicia social. Hoy más que nunca podemos decir que todas las herramientas que desarrollamos en los diferentes ámbitos de la actividad humana (económico, político, cultural, tecnológico…) miden su auténtico valor ético y legitimidad en la medida en que se orientan hacia esa tarea de construcción del bien común.

Para la Federación, este desafío supone reconocer los valores fundacionales que unen a nuestros miembros y preguntarnos por su significado y aplicación práctica en el ámbito financiero en estos tiempos. Supone, en definitiva, preguntarnos con toda la honestidad intelectual y moral posible por qué, hoy, merecemos la pena.

La respuesta a esta pregunta va a marcar el devenir de la Federación en los próximos años. Y estoy convencido que lo haremos en la dirección adecuada. Un convencimiento que es mucho más que un simple e ingenuo deseo. La experiencia concreta de las primeras respuestas que tanto nuestros miembros como la propia Federación han venido desarrollando en los últimos meses son buena prueba de ello, siendo capaces de mostrar una voluntad, un conocimiento y una capacidad de adaptación que confirma un sólido recorrido que surgió hace ya varias décadas.

Pero mi convicción se arraiga en algo mucho más profundo que nuestra capacidad para implementar estas respuestas concretas. Más allá de nuestras competencias, lo que realmente constituye el pilar sobre el que asentar nuestra legitimidad es la cultura que caracteriza a las distintas organizaciones que constituyen la Federación. Una cultura que es mucho más que gestión de la responsabilidad social y que no tiene nada que ver con el aprovechamiento de lo que, en un momento determinado, pueda suponer la utilización interesada de un label ético. Una cultura reforzada día a día en procesos de gobernanza transparentes y participativos, que conoce la realidad y se deja interpelar por ella y que reconoce, como decía, la construcción de justicia social como el horizonte último que da sentido a nuestros proyectos financieros. No hacemos, ni queremos hacer, otra cosa, esa es nuestra naturaleza.

En este camino, será necesario combinar estrategias reactivas que traten de acercarse a las realidades más golpeadas por las crisis, con estrategias proactivas que incluyen muy diversos frentes entre los que podemos destacar: la profundización en el intercambio de experiencias entre miembros, las dinámicas de incidencia política con entes públicos a distintos niveles, la investigación de nuevos circuitos financieros, el trabajo con otros actores aliados o el reforzamiento de la propia Federación.

Un camino que nos exigirá asimismo aumentar nuestra visibilidad entre la ciudadanía europea, mostrando evidencias claras de lo que hacemos y cómo lo hacemos, y elaborando relatos que ayuden a entender que no solo es posible otra manera de hacer finanzas, sino que hoy es especialmente necesaria y urgente. Una ciudadanía que entienda que forma parte de su responsabilidad conocer las consecuencias de nuestras decisiones económicas, y muy especialmente las financieras, en la tarea de construir un mundo más justo y sostenible.

No quiero finalizar este saludo sin mostrar mi profundo agradecimiento a los miembros del Consejo saliente, que han desarrollado una impagable tarea con un altísimo nivel de profesionalidad y generosidad. Asimismo, doy la bienvenida a los miembros electos el pasado 2 de septiembre y muy especialmente a los representantes de las organizaciones miembro que se incorporan por primera vez a esta apasionante tarea. El modelo de gobernanza de Febea es una de nuestras señas de identidad, y el Consejo es uno de los elementos esenciales de ese modelo, garantizando un alto nivel de participación y transparencia, sobre la base de un justo equilibrio entre estructura profesional y dirección política. Saludo también a las nuevas organizaciones que se han incorporado recientemente a la Federación, que nos traerán sin duda nuevos conocimientos, valiosas experiencias y renovada energía.

Es bien cierto que nada es normal en estos tiempos, y resalta con especial relieve el dolor y el sufrimiento que la pandemia está generando en muchas personas y organizaciones, pero debemos trabajar con la mirada puesta en que algo importante puede estar surgiendo. Con humildad, pero con firmeza, asumamos que de nuestro saber hacer dependerá que una parte de lo que surja merezca la pena.

Saludos cordiales
Pedro M. Sasia, presidente.