Candelaria Achulli Herrera, tiene 39 años y vive Lambrama, región de Apurímac, Perú. Candelaria y su marido tienen 4 hijos que mantener y educar para lo cual ella ha abierto una tienda de abarrotes (un ultramarinos) en una de la principales calles comerciales de Lambrana.

En ella además de productos alimenticios, vende lanas, zapatillas y algo de ropa. Asimismo, para complementar su economía cultiva su chacra (su huerto) trabajando el trigo. Para sacar adelante su tienda  y abastecerla, ha obtenido un microcrédito de 1.000 nuevos soles (unos  271 €) de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Los Andes de la que es socia. En Microfides trabajan para ayudar a personas, como Candelaria, a salir de la pobreza y fomentar un desarrollo humano y sostenible.

Para ello facilitan la financiación que les permita crear y mantener medios de subsistencia y generar y acumular ahorro para afrontar mejor los gastos de educación, alimentación, salud, etc, y los riesgos existentes. Lo hacen trabajando dos aspectos de una misma realidad social: ofreciendo préstamos a organizaciones rurales y sin ánimo de lucro en países del Sur para que ofrezcan microcréditos, capacitación y participación a mujeres campesinas. Por otro lado promocionan unas finanzas éticas, al servicio de las personas, a través de su colaboración con Fiare Banca Etica. Su compromiso con una economía real, generadora de empleo, que busca el bien común, la justicia y solidaridad les ha llevado a crear la Fundación Microfides y a ofrecer a todas aquellas personas, (físicas o jurídicas) que compartan estos principios a sumarse a este proyecto.

Puedes sumarte a este proyecto abriendo un depósito Microfides, en Fiare Banca Etica y poniendo tus ahorros como aval solidario de los fondos que tienen en Senegal, Perú o Ecuador. A día de hoy han canalizado 400.000€ para que miles de mujeres campesinas socias de cooperativas de ahorro y crédito hayan iniciado de forma individual o colectiva actividades económicas para salir de la pobreza. De esta forma puedes hacer que tus ahorros sirvan para favorecer procesos de desarrollo humano, económico y social.

Como es el caso de este grupo solidario de Senegal que cultiva la huerta, crían y engordan pollos y vende en el mercado local. Han ido mejorando su negocio y pueden ir pagando así los gastos de la casa y la educación de los hijos (una de ellas tiene dos hijos en la universidad). Además han podido contratar dos guardianes para evitar que les roben y así tienen más tiempo para ellas y para participar de la vida de su cooperativa: UIMCEC.